lunes, octubre 19, 2009

Ya se que no va a regresar, se fue volando tan alto que sus alas se quemaron...

Entre tanto Ana asomaba la cabeza por la cama para vomitar, la noche anterior la había dejado exhausta. Se tomó la ultima pastilla que quedaba en la caja y desidio no volver a tomar anticonceptivos. Daniel estaba asustado de ver así a su amiga, ahora amante; la abrazo cubriendo sus senos y le beso el cuello tiernamente, se levanto a la ducha, mientras él escuchaba en algún canal la canción "A un minuto de ti", Ana alucinaba bajo la regadera con no perderlo, esperaba que con esa noche Daniel hubiera olvidado a su ex. Ana pensaba bajo el agua caliente, en la noche anterior, en las manos de él tocando su cuerpo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que podemos depositar en una dimunta pastilla, pareciera ser que un universo cabe, otras veces no hay lugar en la pastilla más que para uno mismo. No sé si como coincidencia, acabo de escribir algo muy parecido en mi blog. Saludos.

Miran los ojos con extraño recelo, varados, finados, cada uno al cielo
Ghysell