sábado, noviembre 15, 2008

Varias semanas desues de aquel café, lo volví a ver, esta vez por casualidad, se había desaparecido y nadie habia sabido de él, apenas me miro, doblo en la esquina apresuradamente, sin siquiera darme tiempo de saludarlo; nunca supe que fue de él, aun hoy sigue en mi pensamiento como avido recuerdo, lleno de ternura, que a veces me consume

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Miran los ojos con extraño recelo, varados, finados, cada uno al cielo
Ghysell