¿Qué?, si me muriera hoy, ¿qué?,
¿no es cierto que me extrañarías?
esta extraña simbolía me esta torturando
y en cada paso que doy
solo pienso en la hora de morir.
Si me muriera hoy,
¿estaría a mi lado?,
comiendo helado
quisiera morir
debajo del ardid
de tu floreciente compasión.
Como no morir hoy,
si un largo lago ha muerto,
y a despejado tu letargo
de mil de siglos
II.
Voy a morir de pie,
bajo un amoroso laurel de la india;
quizás no muera bajo tu regazo,
si lo hiciere moriría tranquila.
Allí, tranquilo;
como buscando la nada,
te relevas ante la sorpresa del alma,
simple, con los pies cruzado,
esperando mi muerte.
Me observas con ternura,
con curiosidad,
con zozobra,
con angustia;
y yo, no digo nada
para mitigar tu ansiedad.
III.
Parece tranquilo, inquieto,
fumas algo, no se que sea,
quizás fumes tu alma desvanecida,
o un poco de amor.
Te veo y me das tranquilidad,
te toco y un sobresalto me acoge,
yo debería fumar de ese amor,
que dejas escapar con el humo.
Quizás beba de lo que tiras de ternura,
y es ahora cuando mas ganas de morir me dan,
por que no puedo resistir esa despegada sensación
de alcohol con sabor a hiel que mata este poco de corazón.
Esa hiel que yo respiro de ti,
ya no me deja vivir,
y es cuando mas ganas de morir me dan
IV.
Cuando quiero morir, cuando mas quiero;
se que eso no es lo que deseas,
por que te miro y veo en tus ojos,
una desesperación porque viva un día más.
Porque ruegas a un ángel más,
que interceda y deje vivir un día más,
a esta atea consumada.
Quizás sea tan escéptica,
como para dejar de creen en nada;
pero eso tú no lo entiendes.
V.
Te observo,
y me das miedo,
por que hay un dolor,
que no puedo soportar.
Te veo y pareciese
que esperas mi muerte,
mi tan ansiada muerte
me parece que eso esperas;
y a cada paso que doy
pareciese que me lo recuerdas,
con cada sonrisa,
cada mirada,
cada gesto.
Anoche parecía que moriría,
y anoche creí que me querías
mas que a tu propia vida.
Hoy cuando desperté,
a una nueva esperanza maté,
por que ya no quería vivir mas.
VI.
Durante el tiempo en que te logré ver,
y solo entonces, fue con el alma,
por que después parecías
como borroso, distante, casi invisible.
Hay cosas que no se ven con los ojos,
y yo no te podía ver con tu amor con los míos,
ni con el suspiro del anochecer;
quizás era demasiado débil.
Hoy he visto a esta muerte tan cruel,
se ha peleado con un amor agonizante;
la hermosa muerte a perdido una batalla
en donde estabas tu.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario